Título: Guilty Intention
Personajes/Pareja:
Yunho, Jaejoong. YunJae.
Rating:
+18.
Género: Romance.
Resumen:
Yunho se despertó con las muñecas atadas y sin poder moverse, sus ojos vendados
impedían ver dónde se encontraba o por qué. ¿Qué era lo que estaba sucediendo?
Disclaimer:
Por mucho que me gustaría lo contrario, se pertenecen a ellos mismos.
Se movió intentando soltarse, pero
no lo consiguió. Podía notar cómo sus muñecas se encontraban sujetas tras su
espalda aunque de forma individual facilitando de esa manera que la postura
fuera “natural”, todo lo natural que podía ser en esa situación. Sus ojos
cubiertos le impedían ver lo que sucedía a su alrededor, cegados por una venda
que de forma suave se sujetaba tras su nuca con firmeza. No sabía qué estaba
sucediendo, sólo que se encontraba ligeramente mareado y que la cabeza le dolía
como si hubiera tenido una mala resaca. Una muy mala resaca. Intentó recordar
qué era lo que había estado haciendo antes de despertar de esa manera, pero lo
cierto es que su mente se negaba a cooperar.
Pequeños retazos de la noche anterior llegaron
entonces, momentos en los que se podía ver a él mismo sentado tras el
escritorio en su casa, con un montón de papeles delante de él mientras intentaba
concentrarse en la última canción que estaba componiendo. ¿Qué hora era? No
estaba seguro, no tenía hambre, ni siquiera sed. Una vez más se movió y le
sorprendió ver que no había ruido de grilletes y que si movía las muñecas la
sensación era suave, incluso cálida. Sin embargo, lo que fuera que le estuviera
sujetando no estaba lo suficientemente suelto como para librarse de ello. Eso
hizo que en un ataque de furia intentara soltarse una vez más, moviendo los
brazos con fuerza y flexionando las muñecas en un intento inútil.
Buscó,
entonces, analizar el lugar en el que se encontraba. Estaba sentado sobre un
lugar cómodo, si se echaba ligeramente hacia atrás podía notar un respaldo por
lo que estaba claro que era un sofá. ¿Qué tipo de secuestradores le iban a
sentar en un sofá? Se quedó por un momento quieto, intentando escuchar algo
pero no había ningún tipo de sonido que le indicara que hubiera alguien cerca.
Un momento, ¿en qué instante había pensado en secuestradores? En el mismo
momento en el que se había despertado sin poder poder ver absolutamente nada de
lo que había a su alrededor. Sin embargo, ¿qué tipo de secuestradores le iban a
sentar en un lugar cómodo?
Las pocas
veces que se había imaginado algo así, aunque lo cierto es que no tenía
demasiado tiempo para pensar en locuras como esas, lo había hecho con él mismo
en algún tipo de sótano o, quizá, encima de una cama o en una silla de mala
muerte, pero no en un sofá que debía reconocer que no era para nada incómodo y
que no se estaba nada mal. Hizo entonces la prueba de levantarse, pero no pudo.
Estaba claro que los extremos de aquello que le sujetaba por la muñeca estaba
atado a su vez a algo más que impedía que pudiera moverse con facilidad. Gruñó
ligeramente dolorido puesto que por muy suaves que fueran sus ataduras, lo
cierto es que con el tirón habían conseguido clavarse en su piel.
Se sentía
incómodo, como si alguien estuviera observando cada uno de sus movimientos.
Como si hubiera alguien más allí que no podía ver, que ni siquiera podía sentir
en realidad. Era su instinto el que le decía que estuviera alerta, que no
bajara la guardia, que en cualquier momento podía suceder algo que le pusiera
en peligro. Era esa parte animal que todo hombre tenía el que provocaba que el
miedo no le embargara del todo y se mantuviera lo más firme posible. Había
aprendido a lidiar con casi todas las situaciones posibles, podía conseguir
salir de allí si se lo proponía. Fuera el que fuera el que le había llevado
hasta ese estado tendría que entrar en esa habitación porque dudaba que se
hubieran tomado tantas molestias para dejarlo ahí. No gritaría, ni pediría
clemencia, había visto en más de una serie de televisión que era eso
precisamente lo que más podía poner a psicópata: ver que tenía el control de la
otra persona por completo. Su orgullo le impedía por sobre todas las cosas
flaquear.
A su mente
le volvieron a llegar más imágenes inconexas. Una llamada de teléfono, un
nombre que no consiguió ver, una conversación que le había hecho levantarse de
su escritorio y salir del apartamento que compartía con Changmin a altas horas
de la noche. ¿Qué demonios estaba ocurriendo? porque no recordaba absolutamente
nada más. Era como si su mente hubiera de nuevo decidido desconectarse e
impedir que los recuerdos invadieran su memoria. Un escalofrío le recorrió de
arriba abajo. Volvió a hacer presión intentando soltarse sin importarle el
dolor repentino en sus muñecas, la sensación de que se clavaban. Los músculos
de sus brazos se tensaron mientras que se movía hacia delante ahogando un grito
que pugnaba por salir de sus labios. Un grito de pura rabia por sentirse en esa
situación.
Odiaba no
tener el control. No tener el control de sus actos, no tener la sensación de
que podía ir y venir. Odiaba sentir que era otra persona la que le estaba
dominando, fuera quien fuera. Odiaba no poder terminar con aquello. Odiaba que
incluso el sonido de su respiración fuera demasiado fuerte para sus oídos y que
el corazón le latiera tan rápido que estaba seguro de que se le iba a salir del
pecho. Odiaba saber que estaba asustado, demasiado asustado, tanto que en
cualquier momento podría romper con todas sus convinciones y ponerse a gritar
para que se le escuchara, a suplicar para que le dejaran salir de allí como si
de un niño pequeño se tratara. No lo era, no era alguien débil y no pensaba
dejarse doblegar.
Jamás, por
nadie, lo haría.
Entonces lo
escuchó. Fue el pequeño crujido de una puerta que se abría de forma suave como
quien busca salir o entrar en un lugar sin que se dieran cuenta, como el niño
que se levanta por las noches para buscar un caramelo o quizá la noche de
Navidad buscando cazar a Papa Noel poniendo sus regalos. Aunque en esos
momentos la mente de Yunho iba más por otros derroteros. Las similitudes se
relacionaban más con ladrones que entraban en casas ajenas para robar e incluso
matar si las cosas se ponían feas. Su rostro se giró como si fuera un resorte
hacia el sonido, sabiendo que todo su cuerpo se había tensado como la cuerda de
un arco antes de que la flecha fuera lanzada. Después llegaron los pasos.
Livianos, apenas audibles, que le indicaron que el suelo no estaba desnudo y
que seguramente habría una alfombra o quizá que la otra persona no llevaba
zapatos.
La tensión
aumentó cuando pudo sentir esa otra presencia en la habitación detenida justo a
su lado, sin tocarlo. ¿A qué estaba esperando? Ni siquiera había hablado, sólo
podía sentir la mirada. Era algo pesado, que provocaba un cosquilleo en la base
de su nuca y que provocó que se moviera de forma incómoda en el asiento. Los
pasos se habían detenido hacía por lo menos varios minutos o esa era la
sensación que le daba a él. Odiaba sentirse de aquella manera; tan indefenso
que cualquiera podría hacer con él absolutamente lo que quisiera. Esa
incomodidad que provocaba que sus muñecas se moviera de forma apenas
perceptible una y otra y otra vez buscando la forma de soltarse de los amarres.
Esa sensación de angustia en el estómago que aumentaba con cada instante que
pasaba.
Sobre todas
las cosas odiaba esa venda que cubría sus ojos y no le permitía ver el rostro
de aquel que le tenía cautivo. Entonces lo sintió. Sintió cómo la otra persona
se movía para deslizarse hacia atrás del asiento en el que se encontraba. Su
espalda no tocaba el respaldo puesto que se encontraba en el borde del asiento,
como si de esa manera pudiera salir corriendo del lugar en el que se
encontraba. Dispuesto a encontrar la mínima oportunidad para escapar de allí.
Una postura que quizá podía ser considerada incómoda, pero no estaba dispuesto
a mostrar sumisión, no estaba dispuesto a dejarse vencer ni siquiera cuando
estaba en tan pobres condiciones.
Se
arrepintió de no tener la espalda apoyada en el respaldo en el momento en el
que la primera caricia llegó, deslizándose lentamente por encima de la ropa que
llevaba, bajando de forma insinuante hasta detenerse en su cintura apenas unos
segundos. Su cuerpo se movió hacia delante intentando separarse, pero lo cierto
es que no pudo, solo se hizo más daño en unas muñecas que ya estaban doloridas.
Al menos habían tenido la decencia de no desnudarlo. Ese pensamiento llegó de
manera repentina y se estremeció solo de pensarlo. Un estremecimiento que fue
malentendido por la otra persona y que provocó que fuera todavía más atrevida.
Yunho pudo
sentir entonces unos dedos largos entrelazarse en su nuca lo que le enfureció
buscando apartarse de lo que fuera que llegara a continuación, pero no lo
consiguió. Sus labios fueron tomados sin delicadeza. Su cabeza sujeta para que
no pudiera moverse hacia atrás, inmovilizando a pesar de sus esfuerzos para
evitarlo. Luchó contra ellos, arremetió buscando morderlos, cerró los suyos con
firmeza cuando intentaron devorarlo de forma más íntima, su cuerpo se tensó una
vez más, buscando alejarse... hasta que de repente se dejó llevar. A su cerebro
le llegó una señal, una señal de que algo no estaba bien, de que no era
razonable el luchar en esas circunstancias, que debería ceder para después
plantar una batalla mucho más dura. No había perdido la guerra, únicamente una
batalla.
Respondió
entonces a ese beso. Un beso que pronto se deslizó de sus labios para bajar
hasta su mentor donde su captor dejó un pequeño mordisco que envió miles de
sensaciones a todo su cuerpo. Seguía inmovilizado y pronto lo estuvo más cuando
sintió ese otro cuerpo que se movía hasta acomodarse encima suyo, a horcajadas
puesto que sentía las piernas a ambas partes de sus caderas. Un golpe hizo que
se moviera hacia atrás hasta que su espalda quedó por completo pegada al
respaldo y él medio recostado por la postura que había tenido hasta ese
momento. Su cuerpo se tensó de nuevo y sus brazos se movieron en un intento de
llegar hasta ese otro que se pegaba por completo al suyo mientras sentía una
estela de besos deslizarse por su garganta. Besos y mordiscos que humedecían su
piel y la dañaban a su paso.
Un olor
llegó entonces hasta su nariz, un olor que provocó que todo su cuerpo se
volviera a estremecer una vez más. Sintió un mordisco quizá más fuerte de lo
debido que provocó un gemido que se escapó sin poder ser controlado de sus
labios. Un gemido en el que se concentraba la frustración y... algo más. Una
vez más los brazos se movieron intentando desatarse y una vez más las ligaduras
se clavaron en sus muñecas recordándole que estaba por completo indefenso
frente al otro, que era alguien que no tenía voluntad para moverse. Lo que
fuera que estuviera haciendo en su clavícula le estaba matando. Había apartado
la ropa y podía sentir cómo esos labios que antes habían capturado los suyos,
ahora tanteaban el pulso en ese lugar donde éste galopaba frenético. Sintió su
lengua presionando, los dientes rozando de forma lenta toda su piel.
Sintió cómo
su cuerpo le traicionaba y claudicaba ante esas caricias que marcaban su piel y
que tocaban su alma. Las manos ajenas, libres a diferencia de las suyas,
bajaron la cremallera de la cazadora de cuero que llevaba y lo pudo escuchar
con total claridad. Se revolvió entonces intentando soltarse, buscando alejarse
y haciendo todo lo contrario porque lo que hizo fue hacer que ese otro cuerpo
se moviera todavía más contra él, que el roce se profundizara, que el calor que
le invadía estallara como si estuviera en algún tipo de hoguera que no parecía
tener fin.
Llegó
entonces la risa, una risa que hizo que maldijera en voz baja sin poder contenerse.
Y esta aumentó sin amilanarse, sin apagarse, inundando por completo todo su
cuerpo y dejando una extraña sensación detrás. Las pocas barreras que aún se
mantenían alzadas desaparecieron por completo. Pudo sentir cómo de forma
juguetona rozaban la comisura de sus labios, lamiendo ese lunar que tenía en el
superior apartándose cuando él se movía hacia delante, al tiempo que unos dedos
ágiles comenzaban a desabrochar el primer botón de la camisa que llevaba. Un
pequeño jadeo se escapó de sus labios al notar cómo las manos ajenas bajaban
sobre la ropa por su torso sujetándolo cuando él intentó moverse hacia delante.
—No.
Y gimió
ligeramente ante esa negativa, ante esos labios que se separaban de su boca
para volver a bajar por su cuello una vez más. Estaba siendo torturado y lo
sabía. Cada caricia provocaba miles de llamas que se deslizaban por todo su
cuerpo. Cada beso humedecía esa piel que anhelaba el contacto en el mismo
instante en que se alejaba. Necesitaba más, deseaba más. El aire de la habitación
se le antojó frío mientras que los botones seguían desatándose estremeciéndose
con cada mordisco, con cada roce, con cada momento en el que la lengua ajena
viajaba por su piel en un viaje descendente. No estuvo seguro cuando sus
piernas se abrieron para permitir que la persona que le había atado quedara
entre sus piernas ni tampoco el momento exacto en el que su cuello se arqueó
hacia atrás.
Sentía cómo
se sujetaba a sus caderas instantes antes de que en un movimiento brusco la
camisa saliera del borde del pantalón y fuera abierta por completo. Escuchó una
aspiración más fuerte y cómo la tortura volvió de nuevo en el instante que esa
boca del infierno comenzó a marcar caminos de saliva por todo su abdomen,
deslizándose por su piel en espirales que llegaron a su ombligo y que hicieron
que todo su cuerpo se tensara cuando sintió un ligero mordisco que mandó una
vez más miles de sensaciones diferentes a sus terminaciones nerviosas.
Todo su
cuerpo estaba pendiente a cada nueva caricia. Era como si de repente, ante la
privación de la vista, el tacto se hubiera convertido en el sentido dominante.
Todo le parecía que era más intenso, desde su respiración hasta la ajena, desde
el olor que desprendía hasta el contacto de sus manos que parecía que ardían sobre
su piel o quizá fuera él. Quizá en realidad fuera su cuerpo el que en ese
momento estaba en llamas. Se sentía febril, como si de repente tuviera fiebre,
una fiebre que le devoraba por completo y le hacía delirar porque lo que
deseaba es que siguiera hacia abajo, que siguiera tocando y no se quedara
únicamente en la piel de su abdomen.
Se volvió a
mover entonces, intentando deshacerse de esas molestas ataduras que no le
dejaban llegar hasta el otro cuerpo. No sabía muy bien en qué momento habían
cambiado las prioridades. Ya no quería huir, sino que quería soltarse para
poder alcanzar la otra piel, aquella que todavía tenía demasiada ropa. Para su
desesperación en vez de bajar, subió de nuevo hasta sus labios impidiendo que
hablara. No había delicadeza en ese beso, sino una lucha de voluntades. Por muy
atado que estuviera, por muy indefenso que pudiera parecer que estaba, Yunho no
dejaría que el otro lo supiera. Sin embargo, había algo de desesperación que
hizo que el otro sonriera de medio lado pudiendo notarlo en sus propios labios
mientras colaba una mano entre los dos cuerpo que volvían a estar demasiado
pegados, dejando que sus dedos acariciaran lentamente el borde del pantalón sin
ir más allá. El recorrido se mantuvo por el borde de estos, por la cintura, de
ida y vuelta, quizá introduciéndose apenas en la ropa pero nunca bajando más
allá.
—Dilo...
Yunho... dilo. —susurró entonces, mordisqueando su mentón de forma lenta
mientras se dirigía hacia su oreja acariciando con su respiración la piel
humedecida y provocando un nuevo escalofrío. —Di las palabras mágicas.
Voz
seductora que crispó todavía más sus nervios y que hizo que una vez más
intentara soltarse. Su respiración se agitó, un gemido que se escapó en mitad
de un jadeo mientras que notaba ese otro cuerpo que volvía a estar de nuevo a
horcajadas en su regazo, moviéndose de forma insinuante y haciendo que se
rozaran una vez más. Sintió entonces un pequeño mordisco en el lóbulo de su
oreja provocando que todo su cuerpo se estremeciera al tiempo que sentía ese
aliento cálido bajar por su cuello de forma lenta sin llegar a rozarlo.
—Solo
necesitas tres palabras... —de nuevo esa voz, esta vez un poco más lejana y
amortiguada debido a que se encontraba recorriendo una vez más la piel de ese
punto en el que cuello y hombro se unían. —Hazlo... y conseguirás lo que estás
deseando.
Un gemido
fue toda la respuesta que obtuvo en ese momento. Yunho estaba demasiado
concentrado en sentir, tanto que se le había olvidado lo que era pensar y
hablar parecía que era algo lejano que había aprendido, pero que en ese momento
no sabía cómo utilizar. Le molestaban esas ataduras que no le dejaban moverse
por lo que hizo fue alzar las caderas en un golpe seco que provocó que se
alzara del sofá y junto con él el otro cuerpo que se encontraba pegado al suyo,
provocando una nueva risa divertida que acarició la piel de su pecho a la
altura del corazón, allí donde esos labios comenzaban a torturar ese botón
rosáceo que se encontraba demasiado sensible, terriblemente sensible.
Un rastro de
dolor que desapareció pronto convertido en placer cuando los dientes
mancillaron la piel tan sensible, introduciéndola entre sus labios, soplando
después. Las caricias aumentaron la intensidad y hubo por fin un roce en esa
zona en la que todo su deseo se podía notar. Estaba tan endurecido que el
pantalón molestaba, que la ropa tiraba. Deseaba liberarse. Un nuevo roce que
estaba a punto de llevarle a la locura, de precipitarle por completo al abismo
en el que poco a poco, de forma lenta pero continua, le estaba llevando.
—Hazlo...
Y no pudo
más, su orgullo quedó olvidado en ese momento.
—Por
favor... —sus labios fueron callados durante un instante por los ajenos, un
beso rápido, un pequeño aleteo que fue más un roce que otra cosa y pudo
imaginarse ese rostro pegado al suyo, esos ojos oscuros mirándole con
intensidad. —-... JaeJoong...
Sus
respiraciones entrelazadas de la misma manera que estaban sus cuerpos.
Respirando el mismo aire, sintiendo cómo sus cuerpos se pegaban todavía más.
JaeJoong sonrió brevemente sobre los labios de Yunho, dejando un pequeño
mordisco en su mentón haciendo que el otro hombre se estremeciera de nuevo.
Amaba esos pequeños temblores que le recorrían de arriba abajo, sobre todo
porque sabía que era él el único capaz de provocarlos.
—-Estabas
tardando en hacerlo, ya pensé que no querías seguir jugando. —susurró sabiendo
que él le podría escuchar perfectamente e impregnando a su voz ese oscuro
magnetismo que salía sin darse cuenta.
Por fin su
zurda se entretuvo en desatar el cinturón del otro, sintiendo la piel de su
cuerpo cuando introdujo la mano por debajo de su cuerpo y alcanzó esa parte del
hombre que tenía debajo de él y que se encontraba completamente endurecida...
por él. Sabía el momento exacto en el que Yunho había claudicado, el momento en
el que se había rendido y había adivinado quién era el que le tenía atado,
dispuesto para satisfacer todos sus deseos si se lo proponía. Deslizó sus dedos
hacia abajo, acariciando toda la longitud hasta llegar a la base y volvió
entonces a subir de nuevo notando molesta la ropa que todavía llevaba puesta y
que no le dejaba maniobrar con tranquilidad.
—Necesito
tocarte. —-el ruego llegó hasta sus oídos y alzó el rostro para mirarle a los
ojos que se encontraban todavía cubiertos, dejando olvidado el torso que tenía
delante de él y por el que había pasado sus labios mil veces, notando el sabor
salado y tan característico que solo Yunho podía tener. —Suéltame.
Vió cómo los
brazos de él se tensaban y una pequeña sonrisa apareció en sus labios, una
sonrisa cargada de malicia a pesar de que no pudiera verlo. Adoraba ver cómo los
músculos se tensaban, se contraían y se relajaban. Cómo podía notarlos bajo las
palmas de sus brazos y cómo se movían ante su atenta mirada. Se notaba que
había estado ocupado practicando las nuevas coreografías de ese álbum que
saldría en unos días. Siempre le había maravillado la forma en la que todo su
cuerpo se endurecía, la forma en la que bajo esa piel de satén, tan suave al
tacto, había puro acero de músculos.
—Oh, no, hoy
soy yo quien va a divertirse contigo Yunho.
—Entonces
date prisa... quiero sentirte, maldita sea, quiero sentirte ahora.
Chasqueó la
lengua ante la orden y apretó un poco más su mano alrededor de su excitación,
lo justo para darle una advertencia mientras que sus dientes se hundían en su
hombro sin molestarse por la marca que seguramente tendría al día siguiente,
antes de depositar un tierno beso en el mismo lugar que había herido solo hacía
un instante.
—¿Acaso no
lo entiendes todavía Yunho? —preguntó de nuevo, más serio mientras que sus
manos se mantenían ocupadas deslizando la ropa del otro hacia abajo para poder
dejar, por fin libre y sin impedimentos, acceso directo a esa parte del hombre
sobre cuyo regazo estaba. —Hoy no eres tú el que tiene el control, soy yo... y
te haré esperar lo que a mí me parezca.
Era suyo y
no pensaba desperdiciar esa oportunidad. Sus dedos se cerraron, comenzando a
moverse de arriba hacia abajo mientras notaba su propia excitación, su propio
deseo deslizarse por todo su cuerpo como una marea. Besó entonces sus labios
con hambre mientras que se dejaba caer en la deliciosa vorágine de sensaciones
que en ese momento se deslizaba por todo su cuerpo. Pasión y deseo, hambre y
placer que destrozaban todo lo que había a su alrededor y que solo le permitían
concentrarse en lo que tenía entre sus manos, bajo su cuerpo, en el sabor tan
conocido que le enloquecía y provocaba que toda su mente se embotara, hasta el
punto que en ocasiones pareciera que estaba borracho.
Una nube de
placer que no le impidió parar antes de que Yunho se dejara ir del todo,
bajando la intensidad de sus caricias y de esa manera aumentando la tortura un
poco más. Pinzó el labio inferior entre los suyos, rozándolo con los dientes
antes de dejarlo ir y apartó las manos provocando un sonido de rechazo del otro
mientras que comenzaba a desvestirse a sí mismo. Lo primero fue la camiseta que
cayó en algún lugar detrás suyo, sin preocuparse en realidad de donde. Quizá en
la cama que estaba allí esperando por ambos y que sin embargo aquella vez no
iba a ser la protagonista.
No, aquel
sofá le parecía mucho más apropiado.
—Date
prisa... —la voz de Yunho hizo que le mirara de nuevo y que sonriera mientras
su cuerpo se pegaba una vez más al suyo, sin ropa molesta que impidiera poder
sentirlo por completo. —Quítate los pantalones de una vez.
—¿Tan
impaciente estás?
El rostro de
Yunho se giró de nuevo hacia él, ciego gracias a esa venda que cubría sus ojos,
haciendo que sonriera una vez más. Le quedaba bien, no sabía por qué no se le
había ocurrido antes. Le gustaba tener de esa manera a Yunho cuando siempre era
él el que buscaba tener el control. Sin embargo, esa noche, era suyo. Suyo por
completo, para disfrutarlo de la manera que quisiera. No obtuvo respuesta y
supo, porque conocía cada una de sus expresiones de la misma manera que podría
conocer las suyas y de las de los otros tres que no estaban allí, que estaba
cargado de frustración. Se libraba de que tuviera las muñecas sujetas, porque
si no estaba seguro de que Yunho en ese momento le estaría devorando de mil maneras
diferentes, hasta el punto de que se olvidaría de su propio nombre.
¿Acaso era
tan malo eso?
Acalló esa
voz insidiosa que le recordaba que en realidad estaba deseando que precisamente
fuera eso lo que pasara y se apartó de la calidez del cuerpo que se encontraba
en el sofá manteniéndose de pie. Durante un momento se quedó quieto,
simplemente observando. El cabello revuelto, la camisa abierta, los pantalones
bajados. Su mirada se detuvo en la excitación del otro y sonrió brevemente,
lamiéndose los labios para después mordérselos. Ni medio minuto más tarde se
encontraba completamente desnudo de nuevo en su regazo.
Moría por
sentirlo, por devorarlo en cada uno de los besos, por acariciarlo hasta saber
que estaba delirando de deseo y que era él el único capaz de llevarlo a ese
estado. Que tenía el control suficiente como para poder provocar que perdiera
contra lo que él le provocaba. La lucha comenzó entonces, una lucha llena de
placer, de besos y de caricias, de gemidos y de jadeos. Sus respiraciones se
mezclaban mientras sus labios se devoraban y sus cuerpos se buscaban. Las
caderas de Yunho se alzaron y las de JaeJoong bajaron como si de esa manera
pudieran estar todavía más juntos. Sus cuerpos sabían lo que querían, lo que
ambos deseaban. Dientes que mordían la carne ajena, lenguas que se introducían
con frenesí en la boca que los besaba.
Perdieron el
sentido del tiempo y del espacio. No había nada a su alrededor, ni siquiera
para JaeJoong que tenía los ojos para poder verlos. En algún momento él estuvo
tan ciego como lo estaba Yunho mientras que el placer pasaba por ambos
arrasando todo a su paso. De alguna manera que no estaba dispuesto a analizar
en ese momento, porque solo quería sentir, notó en su interior a Yunho y un
gemido mezcla de dolor y de placer escapó de entre sus labios. Fue su mano la
que bajó para comenzar a acariciarse mientras que sus caderas se movían de
forma acompasada a los envites del hombre que tenía anclado en su interior,
debajo de él.
Sus labios
se separaron, su espalda se arqueó y sintió que podía llegar a estallar en mil
pedazos en ese momento, mientras que el placer atenazaba cada una de sus
terminaciones nerviosas y todo su cuerpo buscaba ser liberado. Estaba navegando
por las profundidades de sus propias sensaciones cuando abrió los ojos para ver
cómo el de Yunho tenía una mueca de placer, para ver cómo arqueaba la espalda a
su vez y cómo su cuello se echaba hacia atrás en ese momento en el que se
encontraban en la cresta de la ola. Dos gemidos parejos de satisfacción escaparon
a la vez, al tiempo que el cuerpo de JaeJoong se movía hacia delante para lamer
su cuello que había quedado al descubierto sintiendo los últimos movimientos de
las caderas de Yunho.
Ambos
corazones martilleaban sin cesar, acelerados todavía. Las respiraciones rápidas
y superficiales. Un nuevo gemido se escapó de ambos labios cuando JaeJoong se
movió para que Yunho saliera de su interior y se dejó caer de forma definitiva
sobre el otro cuerpo, besando lentamente su hombro, notando ese sabor que tanto
le gustaba y que hablaba de sexo. Un sabor salado y masculino que ardía en sus
labios en ese recorrido que le llevó hasta su mentón donde dejó un nuevo beso.
Escuchó entonces la risa ronca, agotada de Yunho y una sonrisa apareció
lentamente en sus labios sintiéndose demasiado bien en ese momento.
—¿Cómo
conseguiste preparar todo esto?
La pregunta
de Yunho hizo que se separara a regañadientes para poder mirarle, todavía con
los ojos vendados, y una sonrisa pícara se deslizó por sus carnosos labios. Alzó
entonces una de sus manos para acariciar lentamente el rostro masculino. Tan
perfecto, tanto que no pudo evitar moverse hacia delante para besarlo una vez
más.
—Fuiste tú.
—¿Yo? No
creo recordar que hayamos hablado nunca de algo así.
—Tu
concepto... —respondió entonces, buscando sus labios para besarlos de nuevo,
porque era adicto a ellos a pesar del tiempo. —La imagen de tu teaser para
Catch Me... pensar que todo el mundo te vería así, imaginarme lo que las fans
estarían pensando cuando te vieron... —mientras hablaba sus manos pasaron por
detrás de su cabeza para desatar finalmente la venda que había mantenido
tapados los ojos de Yunho, dejándola caer y perdiéndose en su mirada en el
mismo momento en que sus ojos cafés le enfocaron. —Los pensamientos, las
intenciones que tendrían. —negó brevemente, rozando su nariz contra la suya en
un lento gesto que solo hacía con él. —Me mataba por dentro.
—¿Así que
decidiste ponerlo en práctica?
—Decidí que
sería yo el único que te podría ver así, que te podría tener así y... —se
apartó por un momento para mirarlo a los ojos. —no me arrepiento en absoluto.
—¿Ni
siquiera por lo que me has hecho pasar antes de saber lo que estaba pasando?
Jaejoong rió
de nuevo, mientras se movía hacia un lado sin apartarse del regazo de Yunho
para poder desatar los pañuelos con los que su muñeca derecha estaba atada
antes de hacer lo mismo con la izquierda. En el momento en el que fue liberado
Yunho se movió para abrazarlo, estrechándolo en sus brazos mientras le
observaba con gesto serio.
—No pienso
dejarte ir hasta que me contestes.
—¿Vuelves a
dar órdenes? ¿Acaso no te he enseñado cómo tienes que pedir las cosas? —bromeó
el mayor con una sonrisa divertida mientras le miraba a los ojos. Le encantaba
verse reflejado en ellos, imaginarse la forma en la que Yunho le veía.
—Jae...
El tono
peligroso que su nombre tuvo en los labios de Yunho solo provocó una nueva risa
en el hombre y negó brevemente, para dejar un pequeño beso antes de intentar
moverse hacia atrás, pero no pudo puesto los brazos que se encontraban rodeando
su cuerpo se lo impidieron. Arqueó entonces ambas cejas. Ambos sabían que tenía
la fuerza suficiente para desprenderse de ellos si quería, pero sin embargo se
movió para acomodarse un poco mejor en su regazo y apoyarse finalmente en su
torso, rozando con su nariz en el hombro de Yunho en un gesto puramente mimoso.
—Sabía que
me ibas a reconocer, que ni siquiera ibas a necesitar que hablara para que
supieras quién era. —contestó entonces Jaejoong, dejando que una de sus manos
comenzara a delinear lentamente su costado.
—No me has
vencido, Jae.
—Lo sé, pero
al menos he ganado esta batalla.
El rostro de
Yunho se bajó para mirarle y el de Jaejoong se alzó para hacer lo mismo, sus
miradas se retaron por un momento antes de que en un movimiento mútuo rompieron
a la vez la distancia que los separaba para besarse, un beso que comenzó
lentamente, con toda la paciencia del mundo, y que pronto se desató una vez más
en miles de emociones diferentes prometiendo algo de manera silenciosa: aquella
sólo iba a ser una de tantas batallas que se iban a librar esa noche para
intentar ganar esa guerra silenciosa por el control.
Es simplemente genial XD. Ya te lo habia dicho..pero fue tan intenso y los describes tan bien, que senti como si hubiese estado ahi viendolo en vivo.
ResponderEliminarYo creo k todas pensamos lo mismo que Jae cuando vimos esa foto de Yunho.
Y si este es tu primer fic de este tipo....creo k cuando tengas mas experiencias me dara algo al leerlo....porque en todo momento estuve atrapada con la lectura XD. Sigue escribiendo asi k eres fantastica en ello^^
¡Gracias nena por el comentario! Ya sabes que me hace muchísima ilusión leer lo que opinas ^^ y que siempre me animas mucho para seguir hacia delante. Es que esta foto... esta foto ha provocado miles de sensaciones diferentes XD Y mil imágenes de lo más interesantes :P
EliminarMuchas gracias, de verdad <3
Hola.... me gusto.... se me hizo larguísimo... en cuestión de que explicas super detalladamente todooooo, el ejemplo esta en el el niño y Papa Noel... a mi ese comentario se me hizo innecesario y muchas cosas así.
ResponderEliminarY yo no lo considero +18 estuvo leve xDD y ammm... falto dialogo en mi opinión.
Pero me gusto tu concepto, y concuerdo con Jae que esa foto da para pensar muchas cosas *-*!!!
Espero y no te moleste mi critica(?) soy así xD mianheeeeeeeeee -_-!!! sigue escribiendo, escribes muy bien, pero como te dije explicas con señas y puntos >..<!! es que he lepido demasiados fic yaois, y creo que ya es mi estado natural ser perver -_-!! y el tuyo esta bien light, por eso te digo... y te lo vuelvo a decir... mianheeeeeeeee, si te molesta mi opinión, espero y no me la tomes a mal ^^!!! *se va corriendo antes que la autora le pegue xD y va a leer sus demás fics ^^*
¡Hola!
EliminarNo te preocupes, no me ha molestado y lo tendré en cuenta ^^ A veces me pierdo un poco en detalles me parece, me gusta describirlo todo ^^U
Como ya dije este es mi primer fic yaoi.. y bueno, soy bastante novata en todo este mundillo por lo que aún tengo que aprender bastante ^^ Poquito a poco espero poder ir mejorando y todas las críticas son bien recibidas para aprender ^^
¡Nos leemos y gracias por pasarte y comentar!
Aaaah! me gusto! en serio es tu primer yaoi? o.O
ResponderEliminarestuvo muy muy bueno! :)
me gusta tu descripción & así!
aosednidn Yunho sabía que de una manera u otra su 'secuestrador' era JJ! xDD!
Gracias por compartir! *---*
Si, si lo es ^^ Me alegra que te haya gustado ^^ Muchas gracias por haberte tomado el tiempo de leerlo de comentar ^^ Es un placer leerte.
EliminarY sí, YH no tardó en darse cuenta de quién se trataba :P
wooooooow... en verdad me encanto tu fic *0* para ser el primero de este tipo estuvo excelente, espero seguir leyendo mas fics tuyos, a mi si me gusta la narrativa, el saber todos los detalles y lo q se les cruce x la mente a los protagonistas xq asi me lleva a soñar mas y meterme en la trama ;).... buenísimo =D.. sigue inspirandote para disfrutar de tus ideas!!!...
ResponderEliminar¡Muchísimas gracias por comentar y más por decir que te ha gustado! De verdad que me alegra muchísimo escuchar algo así. Hay otro oneshot en el blog, un YooSu, por si te gusta la pareja. Es un PG.
Eliminar¡Un saludo y gracias! ^^
Para no estar acostumbrada escribes muy bien estas escenas. Me encantó.
ResponderEliminarFelicidades
¡Gracias! Me alegra muchísimo que te haya gustado ^^ Yo y mis inseguridades... ya lo sabes.
EliminarDeberías dejar de ser tan insegura y confiar un poco en ti, no estaría nada mal que empezaras a hacerlo.
EliminarGracias a ti por pasármelo.
Solo una palabra, exótico.
ResponderEliminarSoy bien cobarde y estos son los temas que no me atrevo a tocar pero si a leer *o* y bueno esa imagen desato la imaginación de much@s, me gusto como la aprovechaste.
Espero leerme una historia original-yaoi tuya, últimamente eso es lo que mas leo :D. Saludos.
Gracias ilz por pasarte por aquí, me ha hecho muchísima ilusión leerte, ha sido simplemente genial.
EliminarEsa imagen nos desató la imagen a todas de un modo que... puffff. Y hoy con el teaser no estamos mejor.
A ver si las Musas hacen su trabajo y me viene la idea. Me gustaría hacer algo por el estilo. ¡Un saludo y de nuevo muchas gracias por pasarte por aquí! ^^
Créeme que para ser sido tu primer +18 con la parejita que mas adoro <3 te ha quedo de 10!
ResponderEliminarA mi en lo personal me gusto mucho la forma en como lo redactaste ademas es interesante leer detalle a detalle lo que va sucediendo así se intriga uno y se mete mas a la lectura ¡Dios!
Me ha encantado, para volver a leerlo sera todo un placer *w*
Espero seguir leyendo mas fics tuyos :D
¡Muchísimas gracias!
EliminarCuando terminé de escribirlo dudé mucho en si subirlo o no puesto que siendo el primero y eso... no estaba muy segura. Además que mi forma de escribir es así, a veces peco de extenderme me temo.
Gracias de nuevo y pronto iré subiendo más cosillas ^^ Tengo por la mente un serial que creo que te gustaría :P
¡Un saludo!
xDDDDDDDDDD estoi en shockkk >.< ves YH lo q provoqastes en JJ -hormonas revueltas- xDD
ResponderEliminarasdfghasdfgh este concepto me enqantoooo "cach me" de tvxq!! *----------¬* ii simplemente JJ saqo provechooo ME ENQANTO ii ni q hablar del lemon todo erotic >A< kiiaaaaaaaa *w*
gracias por escribirrrrr <3 eres una genial tejedoraaa!!!
LOVE YA~
¡Me alegro que te haya gustado!Es que Catch Me... creo que nos mató a todas y esa imagen pufff puff, revolucionó la mente de cualquier persona que lo leyera :P ¡Gracias por comentar y por tus palabras!
EliminarBesazos!
T T sensurado mil.....
ResponderEliminarBueno estuvo bien redactado n.n
Gracias. No soy muy dada a hacerlo todo demasiado explícito... considero que hay cosas que es mejor dejarlas a la imaginación. Me pasa lo mismo con los relatos heteros, los pocos que he hecho +18.
EliminarUn placer tenerte por aquí :)