lunes, 22 de octubre de 2012

{Serial} Blue Moon - Cap. 2



Blue Moon - Capítulo II

Orgullo. El orgullo de un guerrero. Los labios de JaeJoong se curvaron en una lenta sonrisa mientras observaba al hombre que tenía delante de él. Había podido ver la batalla que se había producido en aquel lugar no hacía más de unos pocos minutos. Detestaba a esos sacos de pulgas, pero sí que sabía reconocer que eran unas malditas máquinas de matar perfectas. La mirada de ojos oscuros del vampiro se deslizó de forma apreciativa por el cuerpo del licántropo, pudiendo ver cómo las heridas se estaban curando a una velocidad asombrosa. Ni siquiera ellos, que tenían también la capacidad de regenerarse, podían compararse. La sangre azotaba sus sentidos y tenía que controlarse aunque sabía perfectamente que la gente no entendía hasta qué punto tenía que hacerlo. Era un olor que lo inundaba todo y que provocaba que sus colmillos comenzaran a mostrarse, aunque se contuvo. No era un neonato inexperto. Sonrió brevemente mientras daba otro paso más.

Le habían hablado sobre el hombre que tenía delante de sí. Y lo que había visto esa noche confirmaba cada una de las advertencias, cada uno de los susurros, cada secreto a media voz que había volcado en sus oídos la tela de araña que había formado desde hacía mucho, mucho tiempo, en torno a la ciudad de Seúl. Quería creer que no había nada que sucediera en aquel territorio que él no supiera, aunque en ocasiones sabía que había filtraciones o que directamente no podía controlar absolutamente todo. Deslizó lentamente su lengua por sus labios, notando todavía el resto del sabor acre de la cena de aquella noche. 

—Me alegra ver que los rumores son ciertos. —comentó con una pequeña sonrisa en los labios mientras clavaba sus ojos oscuros en los café de él. —Hubiera sido una verdadera decepción que no fuera así.
—¿Qué es lo que quiere de mi?

Los ojos del vampiro chispearon por un momento en un amenazante tono rojizo mientras observaba el cuerpo del licántropo. El tono, a pesar de haber utilizado un lenguaje completamente formal, tenía un rastro de burla que no se le había pasado por alto. De la misma manera que la postura ligeramente tensa le indicaba que estaba preparado para una confrontación si las cosas se ponían feas. Aunque le hubiera gustado poder llevarlo al límite para saber hasta qué punto era tan bueno como todo el mundo decía,se contuvo. JaeJoong no era estúpido, necesitaba de los servicios del hombre que tenía delante de él y no pensaba estropearlo por un impulso provocado por la testosterona. La racionalidad le diferenciaba de todos aquellos seres  inferiores con los que se obligaba a tratar para poder expandir su poder. Y había aprendido, muy bien además, que solo tenía que mostrarse amable para poder conseguir mucho más que si comenzaba exigiendo.

—Me dijeron que si quería buscar a alguien, tenía que hablar contigo en primer lugar. —respondió por fin, metiendo las manos en el interior del largo abrigo negro que llevaba y clavando sus ojos en los del hombre lobo. —Tienes una fama que te precede como el mejor Rastreador de la ciudad.
—No es una fama inmerecida. —contestó a su vez Yunho con una seguridad en sí mismo aplastante, que arrancó una pequeña sonrisa en el vampiro. —Ni siquiera un vampiro o un hechicero experimentado puede compararse con mi olfato.
—Es algo que he podido ver en acción esta noche. —la voz, casi un ronroneo del vampiro, se extendió por el callejón mientras se movía para acercarse un poco más al licántropo. Yunho parpadeó por un instante, moviendo la cabeza de forma negativa como si de esa manera pudiera alejarse de esa voz insinuante que a veces se convertía en puro hechizo. —Necesito tu ayuda para un asunto... especial.
—¿Acaso no tenéis vuestros propios Rastreadores? —preguntó con un pequeño deje de burla. —¿Cómo vais a permitir que alguien ajeno se meta en vuestros asuntos?
—En realidad, es algo que nos afecta a ambas razas.

Yunho arqueó brevemente las cejas abandonando durante un instante esa postura en la que indicaba que no le importaba nada, dejando ver una pequeña chispa de curiosidad y JaeJoong lo aprovechó. Ver las debilidades de sus contrincantes siempre había sido una de sus mejores bazas, algo que hacía de forma natural para conseguir una serie de ventajas sobre ellos. Y aquella vez no iba a ser una excepción. Estaban apenas a unos pasos el uno del otro, puesto que había roto la distancia. El olor que desprendía aquel ser le había atraído como lo hacía la miel con las abejas. 

—Habrás escuchado sobre las desapariciones que se están produciendo en las orillas del río Han las noches de Luna Llena, ¿no es cierto?
—Siempre suceden este tipo de cosas cuando está mostrando todo su rostro, es algo bastante habitual. —declaró el licántropo, cruzándose de brazos y mirando al vampiro con mucha menos atención ahora.
—Es cierto, siempre hay problemas y siempre suelen estar relacionados con la falta de fuerza de voluntad de vuestros cachorros. —atacó entonces el vampiro, continuando sin permitir que el licántropo pudiera contestar más allá de un gruñido que salió de lo más profundo de su garganta en una clara amenaza. —Sin embargo, por una vez, las pruebas se alejan de uno de los tuyos... y van en una dirección diferente.
—Si ya sabéis de qué se trata, ¿por qué me necesitáis?
—Claramente no para investigar. —el tono irónico del vampiro apareció y el hombre lobo se tensó todavía más. —Es tu capacidad para localizar lo que nos interesa. 
—Eso ya lo has dicho. —el rostro de Yunho no mostró ni una sola emoción. —Me siento muy halagado, pero no me interesa.

La tensión aumentó de forma significativa, JaeJoong notó la ironía en sus palabras y arqueó una ceja de forma interrogativa. Su cuerpo se mantuvo relajado, pero sin embargo el rostro amigable que había estado usando hasta ese momento desapareció por completo sustituido por la seriedad que el momento necesitaba. Aquel asunto no era un simple capricho, ni siquiera era algo que pudieran obviar como algo menor. En absoluto. Si no hubiera sido de esa manera no se hubiera rebajado a hablar con aquel ser que claramente no podía compararse en absolutamente nada con él. La frialdad que siempre le rodeaba pareció acrecentarse a su alrededor y con satisfacción vio el gesto de incomodidad reflejado durante unos segundos en el rostro del hombre lobo. 

—Parece que no entiendes hasta qué punto esto nos afecta a todos nosotros, aunque no sé por qué no me sorprende. —las palabras fueron dichas con tono seco, como si fuera un látigo que buscaba la carne de su contrincante. —Cuando mires más allá de tu propio hocico, sabrás dónde encontrarme. 
—Lo estás haciendo francamente mal si estás buscando mi ayuda... —respondió entonces Yunho, bajando ligeramente la cabeza mientras clavaba su mirada en la del vampiro.
—No te confundas. —apretó los labios, moviéndose hasta que ambos cuerpos se pegaron mientras le miraba directamente a los ojos a pesar de la diferencia de alturas. —Te estoy pidiendo amablemente algo que antes o después vas a tener que hacer, te guste o no.

Silencio, silencio únicamente roto por el sonido amortiguado del tráfico más allá del callejón donde se encontraban. Ninguno de los dos estaba dispuesto a romper el contacto visual porque significaría darse por vencido en aquella batalla silenciosa. Rendirse ante un enemigo endémico, que llevaba como tal desde hacía demasiado tiempo porque en realidad eran dos naturalezas distintas: el uno era la vida en su más puro estado, el otro era la muerte y no se molestaba en ocultarlo. Los ojos oscuros del vampiro se deslizaron por un momento, bajando hasta esos labios que se encontraban apretados, notando cómo los músculos de la mandíbula se tensaban al apretar el licántropo los dientes, antes de subir de nuevo su mirada a los ojos rasgados del otro. Lentamente una media sonrisa apareció en sus labios.

—Investiga si quieres, habla con tu Alfa, infórmate de lo que está pasando... —ladeó entonces el rostro y alzó la mano para colocar el cuello de la cazadora de Yunho, esbozando una pequeña sonrisa de nuevo al ver cómo el licántropo no se movía, rozando apenas un segundo con sus nudillos la cálida piel del hombre por encima del cuello de la camiseta negra que llevaba y sintiendo casi como si lo quemara. —Hazlo y cuando veas que solo has estado retrasando lo inevitable, ven a hablar conmigo.

No dejó que el hombre lobo contestara sino que se giró dándole la espalda. Sabía que aquello podría significar estar en desventaja si al otro ser le daba por atacarlo, pero confiaba lo suficiente en sus capacidades sobrenaturales como para permitirse ese lujo. Aquella noche, a pesar de lo que pudiera parecer, no había sido desaprovechada del todo. Había conseguido un primer acercamiento a esa pieza del gran rompecabezas que era la Seúl nocturna. Lo que estaba seguro era de que jamás se olvidaría de aquel encuentro porque por mucho que el licántropo lo pudiera negar, jamás había conocido a un ser como él. JaeJoong lo sabía y Yunho también aunque no estaban concenciados de lo que ese encuentro iba a significar no solo para la historia de la ciudad sino también para la suya propia. 

Yunho observó entonces cómo el vampiro salía como si nada del callejón y entonces se giró para observar el cuerpo de su hermano, aquel que había caído sin vida. Apretó los labios brevemente comenzando con una de las cosas que más le desagradaban de ese trabajo: tener que limpiar todo y no dejar evidencias de lo que había sucedido allí.

~*~*~

Yunho llegó a su apartamento cuando el sol comenzaba a alzarse por encima de los altos edificios y tiró la cazadora de cuero sobre el sofá tras haberse descalzado en la pequeña entrada. Sin preocuparse en calzarse de nuevo, se adentró por la habitación dejando escapar un ligero suspiro que reflejaba todo el cansacio que tenía encima. Se sentía sucio y sabía perfectamente que apestaba, tanto al olor de la ciudad como al de la muerte. Es más, en ese momento si se olfateaba podría notar el pestazo. La noche había sido de lo más extraña, una noche muy diferente de lo que hubiera imaginado en un primer momento. A pesar de que la “cacería” había sido todo un éxito, todavía revoloteaban por su cabeza las palabras que le había dicho el vampiro y eso le molestaba, le jodía y le cabreaba. Sabía que tenía que hablar con el Alfa para poder saber hasta qué punto lo que le había dicho era verdad o una de las muchas mentiras que poblaban el mundo vampírico. Aquellas criaturas eran sibilinas y siempre estaban manipulando, un juego en el que no estaba dispuesto a entrar.

Se acercó hasta el frigorífico para abrirlo y sacar una botella de zumo, dando un largo trago mientras en su mente volvían a repetirse como si se tratara de una película las imágenes de aquella noche. Había escuchado hablar sobre las desapariciones que se daban a lo largo de las riberas del río Han, pero lo había achacado a algún cachorro que no terminaba de controlarse. Seúl era una ciudad lo suficientemente grande como para que en ocasiones sucedieran ese tipo de situaciones: seres sobrenaturales desconocidos que se cobraban el precio de su condición en sangre. Por regla general las diferentes razas se hacían cargo de la situación y o bien acababan con el ser problemático, como había hecho él esa misma noche, o lo asimilaban en su organización.

Durante el tiempo que llevaba en la ciudad, había sido así, sin embargo el presentimiento que había tenido cuando aquel vampiro se había presentado delante de él, le indicaba demasiado claramente que las cosas no iban a ser tan fáciles como lo habían sido hasta ese momento. Min Ah había dicho que se aproximaban aires de cambio, nubarrones que seguramente terminarían en Tormenta, y tenía la suficiente confianza en ella como para saber que no hablaba porque sí. Sacó el teléfono del bolsillo delantero de su vaquero y jugueteó con este por un instante entre sus dedos, antes de decidir que era mejor darse una ducha rápida.

Apenas media hora más tarde salió de la ducha con una toalla en las caderas y el teléfono en la diestra marcando con rapidez un número de teléfono que se sabía de memoria y que no había hecho falta que grabara en el teléfono. Uno, dos, tres toques y una voz adormilada contestó al otro lado provocando una media sonrisa al escucharlo. 

—¿Estabas dormido?
—Joder... —los ruidos que llegaron a través del teléfono le indicaron a Yunho que se estaba levantando seguramente para salir de la habitación en la que se encontraba. —Pero qué cojones... —el licántropo se acercó hasta donde había dejado olvidada la botella de zumo para darle un nuevo trago. —Jung... ¿qué hora es?
—Lo suficientemente tarde como para que levantes el puto culo de la cama y te pongas en movimiento.
—Un día de estos te despellejaré por hablarme así. —un segundo de silencio y el sonido del agua corriendo fueron el suficiente indicativo para saber que seguramente se estaría lavando la cara. —¿Por qué demonios llamas a estas horas?
—Fuiste tú el que me dijo específicamente que te llamara cuando hubiera terminado el trabajo.
—Sí, pero no a las seis de la mañana, joder. —se pudo escuchar un gruñido con toda claridad y los labios de Yunho se curvaron de nuevo. —Borra esa puta sonrisa y dime cómo ha ido todo.
—Bastante bien, a media noche más o menos lo tenía ya terminado, pero eso no es lo que en realidad quería comentarte.
—Hubiera sido mucho mejor esa hora... —refunfuñó el hombre que hablaba en la otra parte de la línea. —¿Limpiaste todo? No me gustaría tener a los ineptos de la pasma detrás de nuestro culo.
—No queda ni rastro, pero sin embargo tuve un espectador inesperado. —respondió el licántropo mientras se apoyaba contra la barra americana que separaba la cocina del salón. El silencio le indicó que esperaba que continuara. —Kim JaeJoong, ¿te suena?
—¿La sanguijuela? ¿qué es lo que quería?
—”Contratar” mis servicios, por lo que parece. —apretó los labios al recordar el encuentro y sin darse cuenta de lo que estaba haciendo se frotó el punto exacto donde los nudillos del vampiro habían rozado su piel. —Está relacionado con los casos de desapariciones en la orilla del Han.
—¿Lo que suponíamos que eran provocados por uno de los nuestros?
—Esos mismos. Ya sabes que llevo unos meses rastreando por las inmediaciones de las desapariciones y no encontraba absolutamente nada. —de forma inquieta comenzó a moverse por el salón, sin poder mantenerse quieto, como si de repente la adrenalina hubiera activado a la vez toda la capacidad de acción del hombre lobo. —Según Kim se trata de algo que va más allá de los nuestros y de los suyos, pero no me ha especificado qué es, solo que necesita de mi olfato.
—¿Qué le dijiste?
—Joder, ¿qué piensas que le dije? —masculló Yunho mientras se detenía junto al ventanal mirando cómo el cielo comenzaba a clarear cada vez más. —Que se metiera sus putas intrigas por el culo y que me dejara tranquilo, que no estaba dispuesto a meterme en sus mierdas.
—Y conociéndote se lo habrás dicho así, tal cual, sin tacto ni diplomacia. —el toque de desesperación de la voz del Alfa desapareció cuando volvió a hablar. —No me gusta estar con los pantalones bajados y sin saber por dónde nos vienen los golpes, necesitamos saber YA qué demonios está sucediendo.
—Déjame llevarme a Min Ah conmigo la próxima vez.
—No.
—¿Por qué no? Tú mismo dices que necesitas saber qué está pasando y ella tiene una capacidad que ninguno de nosotros tenemos.

Yunho sabía perfectamente que aquella posibilidad no le gustaba en absoluto, pero si querían entender qué era lo que el vampiro había querido decir, necesitaban movilizarse lo antes posible con todos los activos disponibles. Shin Min Ah lo era, por mucho que al Alfa no le gustara admitirlo. Lo dejó que pensara con tranquilidad mientras observaba cómo por fin el sol salía y las sombras comenzaban a desaparecer, algo que le gustaba, más desde el encuentro de hacía apenas unas horas. Ni siquiera un bastardo de la capacidad de Kim JaeJoong podía enfrentarse a los rayos destructores del Astro Rey. 

—Trae todo lo que tengas en cinco horas.
—Puedo ir ahora mismo.
—Necesito que tengas el cerebro a pleno rendimiento así que vete a dormir y no hagas ninguna gilipollez.

La llamada se cortó y Yunho dejó escapar un ligero suspiro. Había intentado llegar a algún tipo de conclusión, pero todos los caminos daban miles de recovecos que no llevaban a ningún lado. Se frotó el rostro durante un instante antes de poner el teléfono en silencio. No querría por nada del mundo que lo despertaran antes de esas horas que le habían dado para recuperarse. No es que necesitara dormir demasiado, pero estaba agotado y la energía que había utilizado aquella noche tenía que ser recuperada durmiendo. Sin preocuparse en quitarse la toalla humedecida, se dejó caer en la cama del dormitorio y cerró los ojos. Apenas unos segundos más tarde Morfeo lo recibía en sus brazos y el mundo dejó de existir para él.

Ditulis Oleh : Lyenever // 21:34
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  1. me gusto mucho espero k actualizes pronto porque me gustaria ver al yunjae en accion !!

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    1. Muchas gracias por comentar :) y me alegra que te haya gustado

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  2. Ohhhh graciiias por el capp... Esta interesantisimoo..¿de que hablara Jae? Uuuuuu el YunJae fue atraccion a primera vista ahhhhh y kien es el Alfa? Por el caracter pienso q es Changmin *o* ohh me enkanta como escribes.. Actuu prontoo

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    1. Gracias a tí por comentar :) prontillo espero subir el capítulo III. Un saludo^^

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